Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 13 de diciembre de 2011

A 30 años de la ley marcial en Polonia y aquel llamado de Juan Pablo II

A treinta años del “estado de guerra” que el general Jaruzelski impone en Polonia el 13 de diciembre de 1981, miles de polacos se han manifestado hoy para recordar una de las páginas más dramáticas de la historia reciente de su nación. Con la intención de sofocar a la oposición liderada por Solidarność , el régimen comunista de Varsovia procedió a aislar al país durante un año y medio, echando mano a arrestos y asesinatos- Un periodo duro, que tuvo entre sus protagonistas más sobresalientes – al joven Juan Pablo II. Alessandro De Carolis evoca aquel domingo 13 de diciembre de 1981que el Papa vive desde el Vaticano y que lo impulsa a encender un cirio en señal de solidaridad con sus connacionales la noche de Navidad.


Habrá sido un despertar muy difícil, si es que había logrado conciliar el sueño. Aquella noche entre el 12 y el 13 de diciembre, los peores temores rondan en torno a una amenazante realidad: Polonia, su amadísima patria, acababa de ser “enrejada” por el régimen de Jaruzelski.

Y sin embargo, con esa pesadumbre en su alma, se prepara para partir hacia donde le esperan desde hace tiempo: la parroquia romana del Sagrado Corazón Inmaculado de María. La alegría del encuentro que la multitud le tiene preparada se enfrenta con el sentimiento de angustia que debe oprimirle por dentro. Y también la homilía ha sido preparada con otras ideas que aquellas que le invaden e inquietan. Es tiempo de Adviento y el Papa Wojtyla tiene ante si las palabras de Pablo, “Estad siempre atentos”, un llamado al espíritu mientras la mente no puede dejar de pensar en la noticia de los arrestos de los lideres de Solidarność, o quizás imagina las primeras ejecuciones o los rostros de padres, madres, hijos ante el estridente traqueteo de los tanques que se iban apoderando de la ciudad, o adivina los pensamientos de los más ancianos que en el transcurso de una noche han visto resurgir las peores pesadillas de la ultima guerra…. “No apaguéis el espíritu” dice también Pablo. “examinadlo todo, quedándoos con lo bueno, guardaos de toda forma de maldad.” Palabras divinas, que invitan a afirmar el bien y a denunciar el mal.
Juan Pablo II regresa y para el Ángelus esta allí asomado a la ventana y desde allí, después de lo que estaba previsto que dijese, dice lo que le dicta el corazón:

Sabiendo que se encuentran en la plaza algunos de mis connacionales, algunos grupos, querría hablarles a ellos especialmente con referencia a los preocupantes hechos de las últimas horas.

Aquí el italiano le cede el paso al polaco y el flujo de sentimientos, sin constreñimientos en una lengua que trae de lejos, de repente se siente más libre, decidido, firme:

(palabras que dice en polaco):

Los sucesos de las últimas horas me inducen a pedir una vez más a todos que recen por nuestra patria. Recuerdo lo que dije en septiembre: no puede derramarse más sangre polaca porque demasiada se ha vertido ya, especialmente durante la segunda guerra mundial. Hay que hacer todo lo posible por construir en paz el porvenir de la patria. Ante el próximo Jubileo de la Virgen de Czestochowa, encomiendo a Polonia y a todos mis compatriotas a Ella, que has sido donada como defensa a la nación.

A partir de aquel día cambian muchas cosas: Cambian también los programas de la Radio Vaticana, que acrecienta la atención sobre Polonia. Desde aquel 13 de diciembre de 1981 hasta fines de septiembre de 1982, el programa polaco extiende 15 minutos sus transmisiones. Se difunden declaraciones, tomas de posición de obispos polacos y del episcopado en conjunto, se agregan reacciones del mundo eclesiástico sobre lo que está ocurriendo. Se informa acerca de las manifestaciones contra el régimen liderado por el general Jaruzelski y aquellas a favor de Solidarnosc. Se habla de la solidaridad que ha movilizado a Occidente. La mismo Radio del Papa se convierte en un canal privilegiado, suministrando a las autoridades italianas – después de solicitadas y rápidamente recibidas de sus escuchas polacos – noticias de cerca de ocho mil hogares que la ley marcial ha puesto de rodillas. A ellos se enviaran paquetes con alimentos y otros elementos. Mas adelante el mismo Juan Pablo II retornara, el 16 de junio de 1983 a una Polonia que una ideología ha intentado arrancarle el alma. Y para la ideología será el inicio del fin.

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