Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 27 de mayo de 2014

El Papa Francisco en Tierra Santa - el triple abrazo y las bases


Son varias las fotografías de este triple abrazo de tres argentinos en Tierra Santa. En esta se ve la emoción del rabino Abraham Skorka, el rostro del musulmán Omar Abboud algo mas oculto. Es el “abrazo de las tres religiones”, algo que los tres habían soñado hace tiempo, sin imaginarse siquiera que lo harían allí frente al Muro de los Lamentos con Jorge Bergoglio como Papa Francisco.   Aquel abrazo fue acompañado en Buenos Aires por un acto interreligioso que compartieron ayer lunes 26 de mayo el cardenal Mario Aurelio Poli, el rabino Daniel Goldman y el sheij Adelnaby El-Hefnaui,  simbólicamente en la Plaza Estado del Vaticano. 

El Papa ha invitado al dialogo en Roma, si bien probablemente aún estamos lejos de lo que Pablo “profetizaba” hace 2000 años en la Carta alos Gálatas  “Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús… Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos en virtud de la promesa.”
Los gestos, las actitudes, las palabras del Papa Francisco tienen una base antigua y sólida que fue construyendo en sus intensos y sinceros diálogos como Arzobispo de Buenos Aires con sus amigos Skorka y Abboud. Esta visita apostólica, esta peregrinación a los Santos Lugares son un paso más, enormemente significativo e importante, pero un paso más, ahora como Sumo Pontífice,  entre los ya dados…..Un paso más en el largo camino que la Iglesia ha venido marcando hace ya decenas de años…..desde el Concilio Vaticano II o quizás aún más allá, desde Pio XII.   Sin dudas como me comentaba el rabino Skorka en la entrevista que tuve el privilegio de hacerle en el vuelo a Roma  la declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas ha abierto las puertas. Una declaración donde el entonces Papa Pablo VI,  sucesor del Papa Juan XXIII, aquel Papa valiente que convocó el Concilio, firmaba ya en 1965.

Anterior a Nostra Aetate es el Decreto Unitatis Redintegratio sobre el Ecumenismo 
que en el Proemio indica claramente que “ Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II, puesto que única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo; todos se confiesan discípulos del Señor, pero sienten de modo distinto y siguen caminos diferentes, como si Cristo mismo estuviera dividido. División que abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la difusión del Evangelio por todo el mundo.”

Posteriores a Nostra Aetate son las Constitucioines Pastorales Gaudium et Spes afirmando que “el Concilio Vaticano II, tras haber profundizado en el misterio de la Iglesia, se dirige ahora no sólo a los hijos de la Iglesia católica y a cuantos invocan a Cristo, sino a todos los hombres, con el deseo de anunciar a todos cómo entiende la presencia y la acción de la Iglesia en el mundo actual”
  y  
LumenGentium, que finaliza solicitando “súplicas apremiantes a la Madre de Dios y Madre de los hombres para que ella, que ayudó con sus oraciones a la Iglesia naciente, también ahora, ensalzada en el cielo por encima de todos los ángeles y bienaventurados, interceda en la comunión de todos los santos ante su Hijo hasta que todas las familias de los pueblos, tanto los que se honran con el título de cristianos como los que todavía desconocen a su Salvador, lleguen a reunirse felizmente, en paz y concordia, en un solo Pueblo de Dios, para gloria de la Santísima e indivisible Trinidad.”

Naturalmente no podemos olvidar la amplia labor realizada por los antecesores del Papa Francisco el ahora San Juan Pablo II (ver este blog)  y el Papa emérito Benedicto XVI.

Quisiera también mencionar a alguien quizás algo olvidado:  el padre Ismael Quiles, jesuita como el Papa Francisco, un sacerdote con una larguísima trayectoria de apertura hacia las religiones orientales en tiempos en que veíamos a los demás como “los otros”. Para un breve bosquejo recomiendo leer la entrevista Todo lo que el padre Isamel Quiles construyó  

Oremos (no nos olvidemos del Recen por mi) entonces para que el Papa Francisco logre la paz para los pueblos en discordia, y el Espíritu Santo le conceda la fortaleza para seguir guiando a la Iglesia hacia el loable fin que nos lleve a la unión entre hermanos. 

Invito leer:
Incansable buscador de paz – Alicia Barrios  
Amigos del alma – Alicia Barrios

Más sobre el viaje del Papa Francisco a Tierra Santa en mi blog Francisco, nuestro Papa

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