Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 20 de enero de 2017

Juan Pablo II: Mis conversaciones con Pablo VI


“El primero de estos encuentros tuvo lugar durante la primera sesión del Concilio Vaticano, cuando el Santo Padre Pablo VI aun era cardenal….Arzobispo de Milán.  Me dirigí a el por un tema muy especial.  Como vicario capitular de la Arquidiócesis de Cracovia, le llevaba un pedido de la parroquia de San Florián – encargado por su pastor – solicitando el obsequio de campanas para la iglesia.  Serian un símbolo de unidad y lazos entre iglesias.  El Cardenal Montini enseguida comprendió y comenzó a hablar de sus recuerdos de Polonia, donde había vivido como parte del personal de la nunciatura en Varsovia.  El había sido testigo de la devolución de las campanas retiradas durante la primera guerra mundial y luego traídas para su reconocimiento.   Las campanas habían sido donadas por la parroquia de Seregno…

Recuerdo particularmente bien nuestros encuentros previos a mi nombramiento al cardenalato. Era abril de 1967. Nunca olvidare lo que entonces dijo el Papa en conexión a la preparación del documento que un año más tarde aparecería como la encíclica Humanae vitae.  Como yo era miembro de un comité especial no había podido participar en aquella reunión en junio de 1966 y entonces le envié mi opinión al Santo Padre por escrito. El Papa comenzó una discusión sobre el tema de inmediato….  Y comprendí entonces la gravedad de los problemas a los cuales se estaba enfrentando Pablo VI como maestro y pastor de la iglesia. Nuestras reuniones trataban de temas variados.   La mayoría eran reuniones privadas en las cuales me encontraba a solas con el Santo Padre. Pero también hubo reuniones grupales.  He participado varias veces de las reuniones que Pablo VI mantenía con el Consejo para los Laicos en las cuales participe como asesor del Consejo, también en las audiencias con la Secretaria General del Sínodo de Obispos. Y finalmente reuniones grupales con los obispos polacos.  Recuerdo con particular emoción la reunión mantenida en noviembre de 1973, cuando junto con el Cardenal Primado y nuevo Arzobispo metropolitano  de Wroclaw, y los obispos residentes de Opole, Gozow, Szcezin, Koszalin, Gdansk y Warmia,  agradecimos por la institución definitiva de una jerarquía regular de la Iglesia polaca para los territorios del oeste y el norte.  Durante su pontificado de quince años, mantuvimos  tres visitas ad limina, 1967/68, 1972, y 1977. Siempre admire como se preparaba el Santo Padre para sus audiencias. Era emocionante escucharle hablar de temas eclesiales – a veces también acerca de la Iglesia en Italia y en Roma, cuando lo que decía correspondía a sus reflexiones personales. … Quienes participaban en estas conversaciones se sentían particularmente agradecidos por poder ser parte de este sollicitudo ómnium Ecclesiarum paulista…..Era una persona muy cálida – muchas veces extendía sus reuniones más allá del horario programado,  aun cuando se le notificaba que el tiempo había terminado…. Nunca rechazo recibir a los sacerdotes acompañantes, aunque traté de no aprovecharme de esta disposición. 

Naturalmente, recuerdo muy vivamente aquella reunión excepcional con Pablo VI a la cual me invitara durante la Cuaresma de 1976. Fue un retiro…. Me agradeció el ultimo día recibiéndome en audiencia privada….. Podríamos hablar mucho acerca de los tantos obsequios recibidos de él, en las varias reuniones.  Mencionare tan solo uno,  una particularmente importante: fue durante el Concilio Vaticano. El Santo Padre estaba muy interesado en el tema de la iglesia de Nowa Huta. Recuerdo cuando le hablaba sobre como los parroquianos asistieron a la Santa Misa…. escuchándome me interrumpió y me pregunto en polaco: “mroz”? (frío) si dijo,  recuerdo esta palabra de cuando conocía mejor vuestra lengua. El final de estas conversaciones fue que Pablo VI bendijo personalmente la piedra angular de la iglesia de Nowa Huta…. La última vez que vi a Pablo VI fue el 19 de mayo de 1978. Fue en una audiencia con el Consejo de al Secretaria General del Sínodo de Obispos…y aquella fue la ultima reunión.  El 11 de agosto el obispo Andrzej Deskur me llevo directamente del aeropuerto a la Basílica. Alli me arrodillé, rece y mire ese rostro que había visto tantas veces en mis conversaciones. Aquellos ojos tan vividos ahora estaban cerrados… Ahora ya no puedo  hablar con el. Está en otra dimensión.  Ahora el mira a otro Rostro. “  

(de Adam Boniecki: Kalendarium of the Lifeof Karol Wojtyla, Marians of the Immaculte Conception, 2000)

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